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Dios ... ¡¿Qué sería del hombre sin la imaginación para volar?
! Se estancarían sus pasos en el cielo azul de la inmensidad.
Sus sueños serían verbos con una paz de blanca resequedad
... y sus caricias tocarían el fondo del hastío y la mediocridad.
Por eso sueña, que sueñas, que será más fácil el despertar.
Entre tinieblas serás luz … de bellos y límpidos amaneceres,
de los nuevos surcos musicales ... ¡ padre de ensueños y la creación !
Y se desplegarán tus alas … y dejarás atrás lo terrenal.
Sepa Dios que hoy vuelo hasta ti (imaginación),
y yo te he de encontrar: en cuerpo, mente y alma.