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PSYCHO KILLER (versiones)

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domingo, 10 de mayo de 2009

Dos gotas de lluvia...






Dos gotas de lluvia... como dos gotas de rocío, incapaces de calmar tu sed de conocimiento y admiración.

En un momento histórico en que creemos posible una respuesta para todo, dos gotas de lluvia juguetean deslizando en el haz de un par de hojas. Caen llevadas por la gravedad como el único consuelo que las lleva a poner pies sobre la tierra. Hoy mi humilde jardín se luce de ropaje verde frescura. La lluvia trajo vida durante la noche, y la tierra huele a tierra mojada. Es una deliciosa sensación, como si participáramos de la alegria de las flores y de las lombrises que escarban el subsuelo. Pues siguiendo el comentario que tenía sobre las gotas, se detuvieron a descansar después de un largo viaje... No es un poema ni una fábula. Dos gotas de lluvia que han posado sobre el haz de una hoja no es suficiente motivo para desarrollar un discurso o una grave discusión. Estas gotas tienen en su interior el potencial para el desarrollo de la vida, y se gastan fortunas imaginándolas en los confines del espacio.

Hoy que tenemos oportunidad de apreciarlas en su descanso, podemos preguntarle a la simpleza si somos buenos observadores. Vernos reflejados en su grandeza, así como el cosmos cristalizado de su belleza. Reflejo de luz y color mas que el inicio de toda la vida... Dos gotas que se observan vistosas y de frágil delicadeza; de un bello componente geométrico, estructural y de sutil ... curiosidad.

Hoy que quieres sentirte grande, y que te enseñan a quererte sentir mejor que los demás. Hoy que quieres lucir altivo y con esa grandeza que te hace menos humilde ante el Señor; hoy que conduces un préstamo de la vida y miras con ojos lucrativos dos gotas en su descanso menos que un destello de su amor... Hoy que esperas un poema o una fábula, o que sigues leyendo por simple curiosidad... lo que dos gotas de lluvia, una frente a la otra, te puede llevar a pensar: ¡Qué grandeza! ¡Qué simpleza, que en un par de luceros cristalinos, de menos valor mortal que un par de recios diamantinos, puedan llevarte de la mano hasta Dios!... y calmarte la sed.



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